Las mujeres son tremendamente complicadas en el tema del amor, lo cual no significa que sea malo. Razonan mucho más toda la información que reciben y tienen en cuenta puntos que los hombres pueden no alcanzar a ver. Señales que podemos creer que son fantásticas pueden parecerles ridículas, y en cambio pequeños gestos que no se realizan aposta pueden enamorarlas completamente. Es por ello que ante todo debemos tratar de mostrarnos como somos nosotros mismos, ya que aunque sea algo repetido millones de veces si no lo hacemos así corremos el riesgo de acabar haciendo el tonto con la consiguiente imposibilidad de llegar a nada con la chica en cuestión.
Una de las mejores cosas que podemos hacer es aprender a escuchar. Las mujeres notan particularmente cuando alguien no se interesa por lo que les cuenta, y si no mostramos un interés sincero podemos llegar a generar incluso repulsa. Es muy importante este punto, independientemente de nuestro físico o nuestra labia, ya que podemos perder todas las posibilidades si no cubrimos este aspecto. A su vez, no debemos estar siempre encima de ellas. Agobiar a una mujer es lo peor que podemos hacer, haciendo que huyan espantadas por la mediocridad de nuestros actos.
Mostrarnos seguros de nosotros mismos es algo que atrae mucho a una mujer. No hay nada más atractivo que un hombre capaz de hacer las cosas por sí mismo, que no se viene abajo ante los problemas y puede solucionarlos por él mismo. Si nos empeñamos en dar pena solo conseguiremos que nos rechace una vez tras otra o, lo que es peor, que acabemos siendo simplemente buenos amigos. Debemos siempre mantener la dignidad y el respeto por nosotros mismos y por la otra persona, consiguiendo de esta forma comportarnos como somos realmente y acercándonos más a ella.