“Hola, ¿Cómo te llamas? ¿Vienes mucho por aquí? ¿Tienes fuego?”
Seguramente ya hemos oído muchas veces estas preguntas en muchas discotecas y bares. Hablamos del típico “ligón”, que va de chica en chica en la discoteca con el cubata en la mano…
Un ligón se podría definir como un chico que a lo largo de su vida tiene su propio estilo / método para ligar, e intenta ligar con cualquier chica.
Chicos que luchan contra reloj, que gracias a ellos mantienen la economía de bares, porteros, dueños de locales nocturnos…
Y la realidad es que cualquier discoteca puede ser una trampa para cualquier hombre, y los ligones de discotecas al menos amortizan lo que invierten, intentando ligar con chicas, a diferencia de otros hombres que van a la discoteca únicamente a beber y aguantar el cubata.
Aunque el ligón de discoteca es capaz de tener una conversación con cualquier mujer, ellas ya lo perciben rápido que son ligones necesitados y que tienen como objetivo llevárselas a la cama.
No hay que mezclar los ligones con los hombres seductores. Un seductor hace sentir especial y única a la chica que quiere seducir, un ligón en cambio, es un hombre que no tiene valores ni reparos en ligar con cualquier chica.