Todos hemos oído casos de este estilo: chico consigue novia y de repente desaparece de la faz de la Tierra para el resto del mundo. Es algo mucho más habitual de lo que pudiéramos pensar, pudiendo llegar vivirlo de forma latente al ir viendo cada vez menos a ese amigo con el que tantas veces nos habíamos juntado antes. No tenemos que dejar de lado a nuestros amigos, ya que los amores van y vuelven, y un buen amig@ es para todo la vida. Y muy pocos en cambio reconocen este abandono hacia sus amistades, desapareciendo simplemente mientras ponen excusas a las cada vez menos frecuentes intentonas de quedar con él.
Tener novio o novia, tiene sus ventajas y desventajas, y no debemos nunca abandonar a nuestros amigos por la pareja. Es imposible que no consigamos sacar tiempo para verles, aunque no tengamos realmente apenas libre. Antes que malograr las amistades es mejor ver menos a nuestra pareja. Puede chocarnos esta afirmación pero es algo que debemos tratar con ella si no queremos que inconscientemente perdamos amistades por no saber cuidarlas. El problema surge de nosotros, si no lo tratamos puede extenderse sin que ninguno de los dos se dé cuenta aparentemente, pudiendo explotar pasado el tiempo llegando a afectar incluso a la relación de pareja. Una buena comunicación permitirá comprender que estar en pareja no significa dedicarse 100% a ella, de lo contrario si hay problemas en la comunicación no comprenderas a tu pareja.
En el caso extremo de haber perdido ya amistades podemos tratar de recuperarlas. No obstante, si lo hacemos después de una ruptura corremos el riesgo de dar todavía peor imagen al considerar que ahora que no tenemos pareja ya sí podemos dedicarles tiempo a ellos. Una decisión que debemos valorar según nos veamos a nosotros mismos y el tipo de amistades que teníamos, confiando en que un buen amigo es para siempre pase lo que pase. Si es el amigo el que trata de recuperar nuestra amistad debemos apoyarle, aunque objetivamente haya tenido la culpa. Nunca podemos estar seguros de hasta qué punto no nos puede ocurrir a nosotros.