Este es uno de los temas en pareja que curiosamente menos se habla y más rupturas produce. Salir en pareja implica que alguna actividad inevitablemente conlleve un gasto, como ir al cine o cenar, tiene a su alrededor una serie de prejuicios e ideas preconcebidas que cada uno interpreta de una forma muy personal. No hay que llevarse las manos a la cabeza cuando nos encontramos expresiones como que los auténticos caballeros invitan siempre o que en una relación cada uno debe aportar lo mismo que recibe.
El principal problema es confundir una relación igualitaria con una de equidad. Pueden parecernos exactamente lo mismo pero en la práctica son muy diferentes. En una relación igualitaria nosotros buscamos aportar tanto como recibimos sin tener que ser siempre medido de forma exacta, pudiendo compensarlo más adelante o que se realice a través de otros medios. En la equidad funcionamos de forma exacta, donde no aceptamos o lo hacemos con sumo desagrado los momentos en los que notamos que damos más que la otra persona, sin vistas a recibir la compensación justa. Podemos verlo fácilmente cuando invitamos a cenar a nuestra pareja: una relación igualitaria no esperaría de forma inmediata una compensación, y no tendría que ser que la invitasen; una de equidad pediría ser invitado la próxima vez a cenar.
Para poder afrontarlo debemos hablar claramente con nuestra pareja, sin dar rodeos. Si no lo tratamos de forma seria acabaremos discutiendo un tema fácilmente solucionable, el cual además puede llevar a que surjan nuevos problemas incluso habiéndolo hablado. Si confiamos en nuestra pareja descubriremos que ella misma siente las mismas inquietudes, pudiendo buscar una solución que satisfaga a ambos en conjunto y que permita que la relación mejore a partir de un problema, algo muy difícil de lograr.