La infidelidad es uno de los mayores temores a los que se enfrentan las parejas hoy en día, y más a medida que avanzan los años juntos. La rutina se asienta en la relación, la magia inicial parece desaparecer poco a poco y aunque somos felices en pareja queda esa sensación de que algo ha cambiado, que ya no es lo mismo pero que aún así sigue existiendo el amor. Pero esa atracción inicial, ese deseo de conocer más y más a alguien que nos interesa se puede dar con otras personas, lo cual nos crea una gran incertidumbre al saber que nosotros ya no podemos aportarle ese halo de misterio.
Uno de los indicios más claros es cuando nuestra pareja no hace esfuerzos por organizar planes con nosotros, saliendo en cambio con amigos a conciertos, viajes y demás eventos. No significa necesariamente que tenga planeado sernos infiel pero en este tipo de actividades buscamos divertirnos, y si con nosotros no lo hace puede surgir que otra persona le dé esa inyección emocional que necesita. Por otra parte debemos vigilar mucho a los amigos confidentes, esos que están siempre a su lado escuchándole y dando su opinión sobre temas íntimos. No significa volvernos paranoicos pero sí que si con nosotros ya no tiene esa confianza y la deposita en otra persona es porque hay algo que ella le aporta que nosotros ya no hacemos, y ese sentimiento puede llevar a algo más y ser una de las causas para que nos sean infiel.
A su vez debemos ser recelosos si después de estar en una situación habitual de infidelidad nuestra pareja está más amable que nunca con nosotros, en todos los aspectos de la pareja. La culpa se enmascara fácilmente tratando de portarse mejor que nunca con la pareja, y si no es habitual en ella estar así puede que tengamos que hablar algo seriamente.