Much@s tenemos miedo de no saber besar bien, independientemente de la experiencia que tengamos. En las películas nos lo han puesto como algo muy sencillo y la realidad es que llegado el momento nos quedamos completamente tens@s, más si no tenemos todavía mucha confianza con la otra persona. Hay que distinguir dos situaciones clave donde se dan los mayores problemas: los primeros besos de nuestra vida y cuando llevamos muchos años besando.
Los primeros besos de nuestra vida: El miedo que sentimos aquí es lo que marca si nuestros besos serán satisfactorios o un auténtico fracaso. Si somos jóvenes es importante que sepamos que la otra persona muy probablemente estará igual de nerviosa que nosotros. Por ello lo fundamental es dejarse llevar y aceptar que aunque salga mal lo importante es lo que transmitimos con el beso. Es imposible que nuestros primeros besos vayan a salir a la perfección, teniendo que centrarnos más en cómo nos sentimos que en el gesto en sí.
Cuando llevamos muchos años besando: Aquí podemos tener miedo de que la otra persona se haga unas expectativas muy grandes con nuestra forma de besar. Lo mejor es confiar en nosotros mismos/as y hacerlo como siempre, dejando que sea el cuerpo el que dirija todo. Cuanto más intentemos esforzarnos más haremos el ridículo, siendo mucho más sencillo que actúen nuestros instintos por la experiencia.
Como veis no hay una técnica especial para besar. Podemos pensar en añadidos como besar uno solo de los labios, usar la lengua o acercarnos lentamente alrededor de sus mejillas, pero todo eso nacerá a partir de los juegos y bromas personales que hagamos con nuestra pareja. Y como bien nos dice la experiencia, lo mejor para volvernos expertos en algo es practicar todo lo posible por lo que no perdáis oportunidad de besar las veces que podáis.